En una nueva protesta contra la Copa del Mundo, manifestantes indígenas aparecieron con sus vestimentas y armas tradicionales, un policía fue herido.
Desde que se supo que Brasil será la sede del Mundial de fútbol diferentes grupos sociales de ese país se han manifestado en contra de este evento deportivo, el principal argumento con que organizan las protestas es que su nación tiene prioridades por encima del fútbol y que sería mejor invertir en estas necesidades que en el deporte.
La más reciente manifestación fue realizada en Brasilia, cuando manifestantes indígenas con ropas tradicional y armados con arcos y flechas protestaron contra el mundial en una marcha hacia el nuevo estadio de esa ciudad, la movilización pronto se convirtió en un enfrentamiento contra la policía. Como resultado se canceló la ceremonia inaugural para la exhibición del trofeo de la Copa del Mundo.
En los enfrentamiento la policía lanzó gas lacrimógeno contra el grupo de manifestantes, que se acercaban al estadio, a lo que hubo respuesta, pues los participantes respondieron lanzando piedras y palos a 500 agentes que protegían el estadio.
Los activistas señalaron que al menos dos indígenas resultaron heridos, también un policía resultó herido por una flecha disparada por uno de los manifestantes, que fue detenido y liberado al poco tiempo.
La protesta había sido convocada por el grupo de Trabajadores sin Techo, que alega que la construcción de los estadios para el Mundial fue demasiado costosa, lo que generó que las propiedades cercanas subieran de precio y obligó a familias de bajos recursos a abandonar sus hogares. A ellos se sumaron indígenas que se quejaban por una Ley del congreso que amenaza con reducir el tamaño de algunas reservas para los grupos autóctonos.