“Él siempre quiere, ¿para qué me voy a molestar yo?”. “Si yo no avanzo, no pasa nada”. “Está mal visto que la mujer encare”. “Hace tiempo que dejó de buscarme”. Si te identificás con alguna de estas frases, seguí leyendo.
Las parejas se vuelven desparejas cuando en todas las áreas de la convivencia, y aún más en la sexual, los roles se vuelven esquemáticos, sin la intensidad que se necesita para no caer en la rutina. Tomar la iniciática para el encuentro sexual no tendría que estar condicionada por el género. Tanto los hombres como las mujeres están “habilitados” por el deseo para insinuar o encarar al compañero.