El golpe fue parte de una operación de seis meses que se inició luego de que la policía de Beijing y la de Jiangsu, en el este de China, recibieran reportes de un sitio de internet en el que se promovían adopciones privadas.
Los detenidos son sospechosos de operar en la red haciéndose pasar por falsos centros de adopción o acogida de menores, una práctica contra la que se desplegaron varias redadas en diversas provincias del país desde el pasado 19 de febrero.
Según la policía china, las redes de tráfico de niños en el país utilizan cada vez con mayor frecuencia internet en sus operaciones, lo que dificulta su persecución.
El tráfico de personas continúa siendo una práctica ilegal muy extendida en China, tanto en el caso de secuestros de menores como el de mujeres jóvenes.
Esas jóvenes son vendidas a solteros para contraer matrimonio forzosamente, especialmente en zonas rurales situadas a miles de kilómetros del lugar donde fueron secuestradas, mientras que los niños, preferentemente varones, son dados en adopción a parejas sin hijos a cambio de grandes sumas de dinero.