Alex Lewis, de 34 años de edad, acudió al médico pensando que tenía un resfriado común; terminó perdiendo sus piernas, un brazo y parte de la cara.
El joven padre de familia estuvo en coma durante una semana luego de sufrir una infección a través de la sangre que invadió sus órganos, pies, dedos, brazos, labios y la nariz. Contrajo una infección por estreptococo vía sanguínea que se convirtió en septicemia y derivó en síndrome del choque tóxico (TSS por sus siglas en inglés).
Alex, quien es originario de Stockbridge, Hampshire, Inglaterra, dice que el inmenso dolor de sus lesiones no es comparable al que siente cuando su pequeño hijo de 3 años de edad se niega a estar cerca de él por su aspecto.
Sólo una de cada 33 mil personas contraen una infección de este tipo al año, por lo general pueden ser tratadas con antibióticos.
A pesar de todo, Alex dice que tiene "suerte de estar vivo" y que nada le impedirá seguir adelante con su vida y proyectos, en especial con el de su familia. Y es que cuando fue diagnosticado, los médicos le indicaron que tenía apenas un 3 por ciento de probabilidad de sobrevivir.
"Creo que me he dado cuenta de lo preciosa que es la vida", compartió Alex, quien espera poder correr de nuevo por el campo con su hijo muy pronto, gracias a unas prótesis y rehabilitación a largo plazo.