Misao Okawa nació en 1898 en Osaka. Este 5 de marzo, la persona más anciana del mundo cumplirá 116 años.
“Come y duerme y vivirás mucho tiempo. Tienes que aprender a relajarte”, le dice Okawa al diario The Telegraph.
El director de la casa de retiro donde la anciana reside desde hace 18 años, Tomohito Okada, asegura que la mujer come tres veces al día y duerme ocho horas diarias. Su comida favorita es el sushi.
¿Cuáles han sido los momentos más felices de su vida?, le pregunta el diario a Okawa. Ella no duda: su matrimonio con Yukio Okawa en 1919 y el nacimiento de sus tres hijos. Dos de ellos están vivos. Su hijo tiene 94 años y su hija 92. Además, tiene cuatro nietos y seis bisnietos.
El momento más triste de su vida fue la muerte de su esposo, doce años después de que se casaran.
Los estudios indican que las personas longevas tienen una gran fuerza de voluntad, y son extrovertidas y curiosas.
Okawa-san es un ejemplo de determinación. Cuando tenía 102 años se rompió una pierna. Al retornar a la casa de retiro tras estar en un hospital, el personal del asilo la encontró poniéndose en cuclillas mientras se aferraba a un pasamano. Cuando le preguntaron qué estaba haciendo, ella respondió que ejercitándose para mantenerse en forma.
Misao Okawa se convirtió en el ser humano más viejo del mundo en junio de 2013, tras el fallecimiento del también japonés, Jiroemon Kimura, de 116 años.
Los expertos aseguran que no es coincidencia que Kimura y Okawa sean japoneses. Japón tiene registrados 54.397 centenarios, 282 de los cuales tienen 110 años o más.
La esperanza de vida de las japonesas es de 85,9 años. La de los japoneses es de 79,6 años. Las mujeres representan el 87 % de los centenarios en Japón.
Los expertos –según The Telegraph– atribuyen la longevidad de los japoneses a su sistema de salud, el apoyo de la comunidad, el estímulo para permanecer físicamente activos pese a su avanzada edad, el sentido de pertenencia a un colectivo y una dieta saludable rica en pescado, arroz, verduras y frutas.
Yasuyuki Gondo, profesor de la Universidad de Osaka y especialista en psicología geriátrica, sostiene que no solo una dieta saludable y una buena atención médica explican la longevidad.
“Cuando encuestamos a los centenarios, encontramos que la mayoría ha disfrutado de una buena salud mental durante toda su vida”, concluye