Condenan a una monja de 84 años a tres años de cárcel por entrar en un complejo nuclear en EEUU
La monja Megan Rice ha vivido desde muy joven una vida llena de luchas contra las armas nucleares que la ha llevado a más de 40 arrestos por desobediencia civil e incluso ha llegado a pasar seis meses en prisión. Esta señora de 84 años no se arrepiente de ninguno de sus actos del pasado a pesar de que ahora se enfrenta a casi tres años de cárcel por su última acción activista.
En 2012, Rice junto a dos compañeros de la organización pacifista 'Transform Now Plowshares', burló la seguridad de la estación de Oak Ridge en Tennessee, donde el gobierno de Estados Unidos almacena las más poderosas armas enriquecidas con uranio.
La madrugada de aquel 28 de julio, los tres se colaron en las instalaciones y llegaron a pasearse por el edificio algo más de dos horas hasta que fueron detenidos por los agentes de seguridad del complejo nuclear.
Colgaron pancartas, cintas policiales de 'escena del crimen', pintaron paredes y descascaron algunas a martillazos. Para rematar esta protesta pacífica, los tres activistas repartieron biberones con sangre humana, de origen desconocido, simbolizando que las armas nucleares matan también a niños inocentes.
Cuando fueron detenidos por los guardias de seguridad, les recibieron cantando y les ofrecieron comida. Los tres activistas destacaron que sus acciones se centraban en llamar la atención sobre la poca seguridad de las instalaciones y del peligro que conllevan las mismas.
Rice ha recibido ahora la sentencia de casi tres años de cárcel. El juez que llevaba este caso, a pesar de que la monja ha solicitado la pena máxima de prisión, ha intentado equilibrar la condenas por las buenas obras de su pasado.